domingo, 9 de diciembre de 2007
BUS STOP
Voy en autobús, última fila. Me entretengo esquivando las miradas de los que están frente a mi, como una nave espacial volando entre meteoritos. Hecho un vistazo rápìdo a la parte de adelante y entre ese pequeño bosque de cabezas la veo a ella, mi vida, sentarse. ¿Realmente es ella? parece que sí. El mismo cabello rojo, la misma forma craneal, la misma nuca exquisita ¡hasta el abrigo me suena!. Juraría que es ella pero me extraña que coja el mismo autobús que yo, aunque hace años que no se nada de su vida. El pecho me quema, a cinco metros tengo a la luz de mi ser. Debo asegurarame, voy a ponerme las gafas antes de abordarla, ... ¡dios, qué calor tengo! a duras penas puedo limpiar los cristales con mi mano temblorosa.
¿A ver? vale, no es ella.
Me quito las gafas y disfruto del resto del viaje mirándo a mi amor, que está tan solo a cinco metros frente a mi. Juraría que es ella.
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1 comentario:
a veces es mejor querer creer algo auqn esta bien saber q no es cierto.
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